El OCHO DE MARZO » DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER».

El ocho de marzo “ Día Internacional de la Mujer”.
            Ocho de marzo, día Internacional de La Mujer
y en nuestra ciudad, hemos tenido grandes mujeres que hicieron historia. De
todos es sabido, que una de ellas fue, María
Cegarra Salcedo
(
La Unión 28 /11/1899 – Murcia 16/03/1993). Hija de Ginés Cegarra
Bernal (Cartagena,1863), un comerciante instalado en el municipio minero de La
Unión y de Filomena Salcedo Apolinario (Córdoba 1868). Tuvo tres hermanos, de
los cuales, uno fue el conocido Andrés.

Retrato de María Cegarra, de joven en los años 20

            María
cursó los estudios de química y llegó a ser la primera mujer Perito- Química de
España, llegando a impartir clases durante 40 años, en Institutos de Cartagena.
En el mundo de la cultura, fue poeta, influenciada por su hermano admirado, el
cual tras su fallecimiento, despierta en ella una pasión por escribir. Amante
de su tierra, reservada y soltera.
            En 1992,
la ciudad que la vio nacer, la nombra
Hija Predilecta (el 24 octubre).
Entre sus obras más conocidas se
encuentran títulos como:
 “Átomo”,
en La Región. (1932).
“Cristales Míos”
(1935).
“Ramón Sijé”, en Levante
Agrario. (1936).
“Elche y su misterio”,
en La Verdad. (1947).
“San Ginés de la Jara”,
en La Verdad. (1947).
“Mujer sin Edén”, en La
Verdad. (1948).
«Andrés,
ausente», en AA. VV. Bodas de Oro con la Muerte. Andrés Cegarra Salcedo
(1928-1953). (1953).
 «Tú y
yo», poema inédito que envió a la también poetisa María Teresa Cervantes.
(1966).
 «Paraderas
de números», en Titiro canta. (1967).
 «Presencia
de Miguel», en Tránsito. (1979).
 «Hoy no te
puedo escribir», «Celeste conquista'» ‘Busquedad»,
«Indiferencia2, en El Pregonero, con comentarios de Santiago Delgado.
(1983).
 “De poemas para
un silencio”, en Monteagudo. (1986).
 “Desvarío y
fórmulas” (1986).
 “Soñada
creación”, en Monteagudo. (1987).
 “Poesía
completa”. Con introducción de Santiago Delgado. (1987).
 “Corrió su
nombre…”, “Las lágrimas lavan…”, en La Verdad, extraídos del poemario
inédito de “Poemas para un silencio”. (1991).
 «María
Cegarra”, en Papeles de poesía. (1993).
 “De poemas para
un silencio”, en La Verdad. (1994).
 “Poemas para un
silencio” (1995). Escrita tras la muerte de su hermana Pepita, tan sólo unos
años antes de su propio fallecimiento. Constituye su última obra, seguramente
la más triste. En ella se produce una búsqueda de la verdad como objeto de la
poesía.
 “Cada día conmigo”.
1986.
            Otras de las mujeres que se puede citar en este pequeño
artículo y que quizás muchos desconocen de su existencia, es
María Cochón Ellín,
natural de Vélez Blanco (Almería), nacida el día 20 de enero del año 1846.
Llega al municipio de La Unión en el año 1864 y lo hace junto a su esposo, un
pintor-fotógrafo también almeriense, el cual llega a estas tierras para probar
suerte con su oficio, coincidiendo con el apogeo de la minería en la sierra.
            María y su esposo, Pedro Mancebo Hernández, tienen tres
hijos. Ayudaba a su marido en el negocio familiar, tenían instalado, un
gabinete en la calle mas importante del municipio, la calle Mayor.
            Corría el año 1900 y entraba el nuevo siglo, La Unión
había aumentado muchísimo en cuanto a la población, los negocios mineros y los
comercios. Y tras una larga enfermedad el patriarca de la familia, fallece. Es
ahí donde comienza a tomar protagonismo, el papel como mujer de esta
almeriense, pues aunque su hijo varón también conocía los artes de la fotografía,
María Corchón coge las riendas del negocio (quizás debido a la juventud de su
hijo),  siendo ella la que hace de fotógrafo
en la ciudad de La Unión.
            Una mujer fotógrafo… retrata a cuantos requieren de su
servicio, hace ambulancias en los pueblos de alrededor y eso la conllevaría a tener
amplios conocimientos, con el uso de los químicos para positivar las grandes
placas que en esos años se utilizaba. Por lo que es todo un mérito, que en
aquel tiempo, una mujer, no solo se dedicara a sacar adelante una familia con
las tareas domesticas del hogar, sino que actuara de fotógrafo.
            Pero se da el caso que no fue la única mujer del
municipio con este oficio, pues también resulta que tenemos otro nombre
femenino que destacar, y ese es el de Herminia Blanca Martínez Salinas,
más conocida en el pueblo y entre la familia como “Blanquita”.
           
            Nace en nuestro municipio a las doce horas del medio día,
un 15 de septiembre del año 1914. Es la menor de varios hermanos, hija de un
importante fotógrafo lorquino, que se había instalado en La Unión. La familia
llega, coincidiendo con la formación de la nueva ciudad e instalan un
importante Gabinete-Fotográfico en la calle Mayor. Casualmente en el mismo
solar ocupado, donde hoy se encuentra un estudio de fotografía, estamos hablando
del estudio de Jayam.
            Volviendo a la figura de Blanquita, es criada y educada
en el ambiente de telones, cámaras, lentes, trípodes, placas de cristal y celuloide,
así como también de laboratorio, por lo que al igual que sus hermanos mayores,
se implica en el negocio familiar. Ella lo hace con el retoque, pues la joven
Blanca Martínez, se encargaría de retocar sentada, en el pupitre retocador y de
pintar.
            Para ello utiliza, la técnica de iluminación, que es como
se conocía en aquellos años, a la fotografía monocromática que una vez
positivada, se le daba color en algunas zonas.
            Además de ser la hija de don Ángel Martínez, fue muy
conocida en la ciudad. Mujer, llena de belleza, simpatía y juventud,
participaría bastante en muchos de los eventos celebrados en nuestra tierra y afortunadamente,
le podemos poner cara, ya que por suerte en mi archivo personal, dispongo de
uno de sus retratos o quizás autorretrato, en el que además de ver como ella
misma, gustosamente se encargaría de dar color a dicho papel positivado,
podemos ver una dedicatoria hacia el que fuera Maestro de Enseñanza en el
municipio, D. Paco Ros Manzanares.
 

Retrato de Blanca Mtnez. iluminado con color. Año 1931.
©Fco. Silvente

            Estos nombres femeninos, nos demuestran, como en la
historia de nuestro municipio, tuvimos grandes mujeres en el mundo de la
cultura y esto es solo un pequeño aperitivo de otras tantas, que la ciudad de
La Unión no ha dado, pero no quiero aquí nombrarlas, para no dejarme ninguna
más en el anonimato.

Autor: Francisco Silvente Glez.

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